miércoles, 23 de marzo de 2011

La vida es infinitamente y maravillosamente variada que una sola actitud básica nos permite disfrutar completamente de todo – y eso es el desprendimiento. Pero esto es difícil de creer y practicar porque el desprendimiento se siente primero como si
estuviéramos perdiendo algo que amamos y quisiéramos disfrutar de eso permanentemente.

El problema es la ilusión de permanencia. Primero, nos imaginamos que lo que deseamos es permanente. Y luego cometemos un error aún mayor tratando de hacer permanente nuestra posesión de lo que no es permanente. Estos nos aleja de la realidad de lo que deseamos y lo reemplaza con una imagen irreal que nos causa crecientes niveles de sufrimiento hasta que finalmente se disuelve como una nube de vapor que en realidad es. Luego sentimos que perdimos lo que más queríamos. Lloramos y gemimos aunque hayamos perdido solamente la imagen, la cosa que vimos como teniendo una permanencia que nada en el universo tiene. Aquí no tenemos una ciudad perdurable, dice San Pablo.

La pérdida es en sí misma un tipo de ilusión – aunque dolorosa porque la ilusión ciertamente tiene el poder de causar dolor. La naturaleza ilusoria aun de pérdida es difícil de creer. Aun enfrentando los hechos, nos demuestra que lo que estamos perdiendo es nuestro apego a algo o alguien, no a la cosa o a la persona en sí. Esto puede sentirse como que estamos arrancando algo de raíces, cruel y violentamente. Recuperándonos de la pérdida – siempre una especie de muerte – lleva tiempo y puede ocupar mucho lugar en nuestra vida hasta que la verdad obvia finalmente nos hace caer en la realidad. Durante estos días de desprendimiento nos estamos preparando para los tres días de Pascua durante la cual tenemos la oportunidad de entender la naturaleza real de la muerte.

Confundir el desprendimiento con la perdida es la razón por la cual tenemos miedo de la muerte y repetimos los mismos patrones de nuestros errores en la vida. Tratando de poseer la frescura y la belleza del momento presente es como tratar de
dar vida a una estatua o una fotografía. Como dijo William Blake, tenemos que aprender a besar la dicha así como pasa y vivir en un amanecer eterno. Los cuarenta días de Cuaresma son dedicados a comprender esto en nuestra experiencia diaria.



Laurence Freeman

Mensaje del Domingo 20 de Marzo de 2011

"El evangelio de hoy describe la Transfiguración de Jesús ante tres de sus discípulos más cercanos cuando "Él se transfiguró delante de ellos, su cara resplandecía como el sol y sus ropas se volvieron tan blancas como la luz". La cuaresma es el tiempo para purificar el ojo del corazón, con el cual vemos este tipo de luz.
En el reino espiritual, el interior siempre absorbe al exterior y lo lleva hacia dentro, hacia un nivel superior del ser. El cuerpo sigue siendo un cuerpo pero se convierte en un cuerpo espiritual. La mente permanece consciente pero en un nivel de conciencia que trasciende al ego y la dualidad.

En este relato del evangelio de una experiencia de iluminación, vemos una manifestación de índole verdadera que no invalida el mundo material ni la relación como experiencia humana. Este evento no ocurrió cuando Jesús estaba solo sino que estaba en compañía de sus acompañantes de más confianza.

Es difícil para nosotros confiar en que la visión pura de Dios, no relacionada con un objeto - el significado de la iluminación - no es desencarnada y que ocurre en una realidad abstracta. De hecho, nosotros estamos encarnados y permanecemos así mientras existimos - hasta la eternidad - aunque la forma de nuestros cuerpos cambie. Mírate al espejo o en tu álbum fotográfico.

¿Has visto alguna vez a un ser de luz? No un extraterrestre etéreo con dedos ultradelgados y un enorme cerebro ó un ángel con alas; sino a un ser humano que se vuelve luminoso bajo la influencia del amor, la verdad o la belleza. Yo lo vi una vez cuando una triste y amargada mujer cerca de la muerte me leyó un poema en el que transmutó su sufrimiento en belleza. Mientras leía el poema se convirtió momentáneamente, al menos para mis ojos, en un ser luminoso y amoroso.

La transfiguración de Jesús es más aún que esto. Pero tales momentos de gloria iluminada en nuestras relaciones humanas nos sugieren lo que es realmente la luz interior de Jesús. Y lo que es nuestro propio potencial de transformación.

Laurence Freeman"

Traducido por Gerardo Mora - Ciudad de México

lunes, 14 de marzo de 2011

Lectura del Domingo 13 de Marzo de 2011

La vida nos presenta diferentes facetas de la realidad, y siempre en una secuencia impredecible. Tomar un autobús o decidir cambiar de apartamento pueden ser eventos triviales de poco significado, o pueden convertirse en un hito de nuestra vida debido a las consecuencias que estos eventos traen.

El elemento azaroso e inconsciente de la vida está más allá de nuestro control. Si personificamos este azar - o incluso karma - como Dios o diablo, debido a que las consecuencias nos parecen buenas o malas en el momento, tal vez podamos disfrutar del corto alivio de la explicación instantánea de lo que está ocurriendo. Pero perdemos el significado, y por lo tanto, perdemos la verdad completa que nos libera de la ilusión.

Jesús fue llevado al desierto por cuarenta días y fue tentado - probado - por lo que claramente son avances poderosos del ego. Autosuficiencia, orgullo y poder son voces seductoras en cualquier momento, pero especialmente cuando estamos en el desierto. Este es un lugar de exposición y vulnerabilidad donde nuestras familiares identidades egocéntricas son suspendidas y donde encaramos sin disfraces el crudo egoísmo de supervivencia y autopromoción. El ego desnudo, aún nuestro propio egoísmo, repele a la mente consciente. Así que lo disfrazamos, lo negamos o rechazamos aceptar la responsabilidad de nuestro egoísmo a través de demonizarlo como si fuera una fuerza externa a nosotros.

De acuerdo a las historias de los Evangelios, Jesús encaró su propio ego sin retroceder, vio a través de él y reconoció sus voces como ilusorias. Una vez que hemos visto a través de nuestra autogenerada ilusión, somos liberados. Aún si regresa a probarnos de nuevo, seremos más fuertes en identificarla y resistirla. Cada prueba nos hace más reales. Después de la prueba nos podemos relajar por un poco de tiempo, y a través de las circunstancias naturales y ordinarias de nuestras vidas, nos sentimos tocados por un poder que nos renueva y consuela.

“Entonces el diablo lo abandonó, y ángeles aparecieron y lo cuidaron”.

La oración, la tercer gran praxis de la vida Cristiana, es un desierto. Su trabajo consiste en encarar nuestras ilusiones y convertirnos en seres más reales.



Laurence Freeman

viernes, 11 de marzo de 2011

Lectura del viernes 11 de marzo de 2011

Viernes después del Miércoles de Ceniza, 2011


LA COMUNIDAD MUNDIAL PARA LA
MEDITACIÓN CRISTIANA
APRENDE A VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS
ComunicaSoluciones
La religión sin praxis es hipocresía. En griego, esta palabra hace alusión a aquello que hacen los libres. Supone poner en práctica la teoría y las buenas intenciones. Espiritualmente, implica vivir en el nivel de la experiencia. En la praxis, nos embarcamos en un proceso, en lugar de simplemente apuntar a un objetivo. Aceptamos trabajar con nuestras propias imperfecciones – ya que, por muy buena que pudiera ser nuestra praxis, nuestra meta no es alcanzar la auto-perfección. Esto supondría caer de lleno en la trampa del ego.

Este proceso es práctico, sí, pero también bastante sutil, ya que implica la purificación de nuestra motivación. Conforme nos ponemos en marcha, espiritualmente, la fuerza egocéntrica de nuestros motivos se ve gradualmente reducida. Poco a poco, nos encontramos a nosotros mismos haciendo el bien simplemente porque vamos mejorando; por el bien del bien en lugar de por
nuestra propia satisfacción. La virtud es recompensa en sí misma. Amamos a Dios por amor a Dios, no por aquello que pudiéramos extraer de una relación especial con Él. Si esto se les antoja demasiado abstracto, aplíquenlo a su motivación cambiante para meditar, durante un periodo de tiempo, y verán más claro a qué me refiero.

La espiritualidad cristiana identifica tres formas de praxis que son de especial relevancia para las personas que deseen sacar algo de la Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración.

Algunas personas ayunan o se abstienen de comer carne en Cuaresma – el ayuno generalmente supone tomar una única comida principal al día y no picar entre horas. Pero el ayuno puede aplicarse a otras áreas, además de a la de la alimentación. Podemos reducir nuestra ingesta de otros bienes de consumo, o de lo que ingerimos de los medios de comunicación, o de hábitos que fácilmente pudieran convertirse en compulsivos, como la televisión, los mensajes de texto, Internet, el uso del Ipod, las revistas, las compras innecesarias... A través de la meditación llegamos a la causa-raíz de todo desequilibrio y extremismo
mediante la praxis espiritual esencial de “tornar nuestro centro hacia los demás” (becoming other-centred). Por eso nos hace sentir mejor: porque nos permite experimentar el genuino significado de la bondad.






Laurence Freeman OSB

jueves, 10 de marzo de 2011

Lectura de el miércoles de ceniza de 2011

Miércoles de Ceniza, 2011


LA COMUNIDAD MUNDIAL PARA LA
MEDITACIÓN CRISTIANA
APRENDE A VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS

Hoy podrás ver a gente en el bus o en el subte o esperando al lado de la
fotocopiadora con una mancha en la frente. Al verlos es como ver a alguien
meditar en el aeropuerto o en la sala de espera, ver a un compañero de viaje en
el camino espiritual, no tan solo extraños que se cruzan en la noche. No es
ninguna señal secreta ni de un club exclusivo y sin embargo son pocos los que lo comprenden.

Recibimos las cenizas como recordatorio de no desaprovechar el tiempo.
“Recuerda que de polvo eres, y al polvo volverás. Arrepiéntete y cree en el
Evangelio."

Extrañamente estas palabras dichas al colocarnos las cenizas, traen consuelo y
esperanza porque nos recuerdan de una verdad fácilmente olvidada; una verdad
que incomoda a nuestra cultura de fácil negación. Nos atiborramos con
imágenes de muerte y violencia como entretenimiento, pero lo verídico lo
ignoramos por considerarlo morboso.

La tradición espiritual nos enseña que ser conscientes de la muerte nos realza
los contrastes vívidos durante la vida y nuestra capacidad de vivir plenamente. La
ceniza de nuestra frente es un recordatorio de que la única manera de vivir,
realmente vivir, es en el momento presente. Ningún momento efímero del
tiempo, pasado ni futuro se pierde ni se desaprovecha cuando lo
experimentamos en el presente.

La cuaresma comienza hoy. Esta es la oportunidad de comprometernos de
nuevo y renovarnos como seres espirituales en el camino humano. Si no
recibiste las cenizas haz la señal de la cruz en tu frente, o pídesela a un amigo,
repitiendo las palabras que están diseñadas para despertarnos. Si meditas
renueva tu compromiso de hacer quietud y silencio cada mañana y tarde. Si has
comenzado y dejado, comienza de nuevo. Si aun no has iniciado, no
desaproveches el tiempo.



Laurence Freeman OSB

Lecturas diarias de Cuaresma

En esta cuaresma el Padre Laurence Freeman nos acompañara con sus escritos diarios, los podemos encontrar en:

http://www.wccm.org/taxonomy/term/34/0/feed